...Buenos Aires nos vigila.
Foto tomada en una calle del barrio de Palermo. Nunca supimos a qué se debe.
Experiencia porteña
Al día siguiente descubrimos que se podía atravesar en barca el río y llegar a una especie de islitas en las que no hay nada más que vegetación y playa. Tito, el personaje que veis en la foto, fué el encargado de llevarnos hasta allí por la módica cantidad de veinte pesos por los dos, ida y vuelta.
En realidad el viajecillo era bastante corto, pero gracioso.
La isla:
Llegó el momento de irnos, y tuvimos que avisar para que vinieran a buscarnos. ¿Cómo? alzando la bandera y dándole vidilla.
Y esta es la señora (Cati) que regentaba el hostal donde dormimos, y que nos repitió que nos pusiésemos crema solar muchas más veces que una madre. Entrañable.